Noruega Día 4 y 5

 Día 4 y 5



Este será el día de visitar Pyramiden y ver osos polares y ballenas en una lancha pesquera de las que salen a pescar cangrejo azul en el mar del norte. El barco no es tan grande como los que se ven en la televisión, pero toda de hierro muy robusto y pesado con puertas que cuestan abrirlas por la herrumbre del metal, la cantidad de pasadores que tienen y el grueso de la construcción. El viaje de ida sin mayor trascendencia y  lo primero que nos mostraron fue una pequeña casa construida en 1870 por unos atrevidos marinos que pensaron que podrían desarrollar un lugar de vida con multiples oportunidades de casa de ballenas, animales locales y comercio marítimo. Nunca se imaginaron que nada de eso se lograría, el primer invierno les mostró las inclemencias del lugar: mar enfurecido y congelado, temperaturas difíciles de llevar, falta de suministros para calefacción y comida e imposibilidad de salir del área. Lo que sufrieron fue incontable y logró sobrevivir la mayoría por la suerte de salir caminando en la nieve por días y días hasta encontrar un barco que los podría sacar del infortunio.

Quisieron seguir con la aventura y el verano siguiente llevaron una gran cantidad de latas de comida para poder sobrevivir en los tiempos difíciles por el hielo. No regresaron y cuando pudieron irlos a buscar notaron que todos estaban muertos. Al siguiente grupo que se quedó les pasó lo mismo y fue hasta que un médico se diera cuenta que había sido por una intoxicación por plomo por solo calentar las latas y no cocinarlas en una olla que notaron que el plomo de la lata los había intoxicado. Ahora solo es una casa fantasma en un lugar que nadie pensaría que alguien construiría algo así. Un acantilado como playa y tan lejos de la orilla que la sola caminata era ya una aventura. Vivir en esta latitud 79º norte no es nada fácil y tiene fábricas y turismo para mantenerse en un nivel de vida envidiable. 







Esta es la playa donde llegan los barcos y que está a toda la orilla del mar.  

Al fondo se puede ver la casa que construyeron, esto fue en 1870 y tuvieron que transportar toda la madera desde el archipiélago Lofoten. Se llama Lofoten porque en noruego significa huella de lince y al verlo desde arriba, eso parece. 


Esta es la casa que construyeron 






Llegamos al final a la ciudad, aldea, pueblo o espacio habitado, no se como llamarlo más al norte del circulo polar y como están a 79º de latitud, ese es el grado de alcohol que tienen sus bebidas. En la época en la que estaba activo el lugar (una mina de oro que extraían de la montaña), vivían allí alrededor de mil rusos que trabajaban la explotación de la mina y que con la segunda guerra mundial tuvieron que evacuar la isla, dejando toda la explotación y trabajo allí solo a un grupo muy pequeño de trabajadores, actualmente solo viven veinte personas y le llaman un pueblo fantasma. Seguramente ya no hay oro porque de lo contrario habría sido un lugar de lucha por la hegemonía del lugar. 

 Todas las personas se mantienen armadas y la guía nos contó que ella era muy buena con la puntería y realmente tenía un rifle que se veía que era no solo algo viejo sino muy usado. Una rusa de alrededor de 20 años de carácter muy dulce y de muy bonito parecer quien ha vivido allí siempre y que le gusta ese remoto e inhóspito lugar. Nos contaba que las ventanas del segundo nivel de uno de los edificios y que es en el que vive, le tuvieron que poner rejas a las ventanas porque una vez la señora que vivía en uno de los apartamentos cocinó y dejó la ventana sin pasador solo para encontrar un oso adentro que se había comido todo y hecho destrozos en todo el lugar, lo encontraron adentro y se dieron el susto de sus vidas. A partir de eso todas las ventanas tienen rejas.



Regresamos al barco y el almuerzo era un estofado de reno con verduras, cocinado como una sopa, típico del lugar que comen con mucha frecuencia los lugareños, muy sabroso y la carne de reno muy suave y de buen sabor.

Regresamos alrededor de las 14:00 y vimos un glaciar con unas cavernas en la punta y nos decía la guía que se forman esas cavernas porque abajo de ellas el agua esta a 36-38º. Como está prohibido acercarse a la orilla por protección a los osos, seguramente nadie se baña allí.

Durante el trayecto vimos dos osos polares y una manada de ballenas belugas que nadaron muy cerca del barco, pero tuvimos que pagar el precio por la vista de esos animales, el paso por el mar abierto nos mostró lo que era una primicia de lo que puede ser un mar embravecido, olas de cuatro a seis metros que se entraban por la proa y que empapó a varios de los turistas que por mulas salieron a ver el espectáculo. Fue impresionante ver el mar así y se me pasó por la mente que estando en el mar no se está exento de sufrir una ola monstruo, esas de treinta a cuarenta metros y que aparecen de la nada en el mar y responsables de muchos naufragios y sin explicación del porqué hasta el momento, hasta escalofríos me dio.





Ese regreso fue catastrófico para Lisa, tiene una sinetosis terrible y con ese vaivén todo se le trastornó, la ultima hora de trayecto pasó abrazada a uno de los inodoros del barco con la mejilla apoyada en la tapa y olvidándose de todas las normas estrictas que tiene de higiene, jaja, no le quedó otra. Estábamos en el mar de Barents y los navegantes llaman a ese lugar La pista de baile del diablo, Por ser imprevisible y su alto grado de dificultad para navegarlo.  Cuando por fin llegamos ni siquiera se puedo subir al bus que nos llevaba de regreso al hotel y tuvimos que regresar caminando por el mareo que hasta el momento no se le ha quitado por completo y esto lo estoy escribiendo en la mañana del sábado, ya al sexto día del viaje.

Ayer teníamos un viaje por barco para ver ballenas, pero la guía le dijo que ese viaje en barco era mucho peor porque era aún más lejos y a mar abierto con olas más grandes, obviamente nos perdimos el viaje. Nunca me mareo y habría sido una buena oportunidad de tomar bonitas fotos, pero el precio habría sido demasiado alto.

El quinto día fue sin mayor trascendencia, el descanso siempre cae bien y terminó el día con una rica cena en un restaurante de un polaco que compró la casa de una mina abandonada y la remodeló para restaurante, muy bonito y muy rica comida. Salimos medio bolos por tres copas de vino diferente cada uno, pero una comida muy Gourmet con un Chef Michellin que conocía todos los sabores y hasta me dio la receta de un pan brioche donde venía el cangrejo azul con salsa de jalapeño que fue de chuparse los dedos. Hubiera pedido otro pero arruinaba la delicadeza de la cena.


Quisimos ir a pie al restaurante que estaba relativamente cerca y cuando le dije a la persona de recepción como debía de hacer para ir caminado, su respuesta fue categórica: no puede ir hasta allí sin un guía con rifle o en taxi, es lugar restringido y cuando vea un anuncio en algún poste con un oso polar hasta allí puede caminar por el riesgo que lo pueda atrapar un oso polar, ya han habido muchos casos y es porque los turistas no hacen caso, pensé que era mentira y cuando íbamos camino al restaurante encontré el anuncio en un poste de alambrado. 



Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Excelente descripción de lo sucedido al leerlo lo vuelvo a vivir

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