Noruega Día 19

Día 19

El penúltimo día en Bergen antes de salir mañana por tren hacia Oslo en un recorrido que dicen que es uno de los más bonitos del mundo.

Para ir al Museo de Bergen tuvimos que pasar por las calles que ya nos conocemos como que fuésemos autóctonos, disfrutamos el gazebo que está lleno de flores y que comienzan a quemarse por el frío, pero aún así disfrutan de sus plantas y flores.

En el monumento que se ve un violinista, es un homenaje a Edvar Grieg, un compositor que vivió casi toda su vida aquí en Bergen y que terminó viviendo en su propia isla cercana a la ciudad, quien no ha escuchado el concierto para piano, se ha perdido uno de los más lindos conciertos que hay, es otro de las obras que me producen el Síndrome de 
Stendhal y que me sacan el corazón por la boca. 

Caminando por esa subida que va a dar a otro museo y que estaba cerrado, para nuestra mala suerte, pasamos por un monumento que era una piedra sobre otra y que no tenía mayor belleza, pero al pasar había una gran fila de personas haciendo cola para dejar una rosa roja sobre ella. Al pasar cerca de ella miraba a una gran cantidad de personas, jóvenes, mediana edad y adultos llorando y consolándose unos a otros. 

Conforme me acercaba y caminaba cerca del monumento desarrollé un sentimiento extraño con un terrible deseo de llorar y lo mismo sintió Lisa. Nos quedamos parados y una señora noruega se acercó a nosotros y nos contó que ese día se celebraba el día mundial para impedir el suicidio, que todos los que estaban allí algún familiar se había suicidado. Nos conmovió profundamente y nos quedamos un buen rato viendo la gran cantidad de personas que se acercaban para poner sus rosas. El padre de la señora recientemente se había suicidado y por eso ella había llegado a poner una rosa roja.







Por alguna razón del blog, que no logré encontrar y no logro centrar las fotos como me hubiese gustado, pero de todas formas dejo lo escrito.

Hoy no hay mucho que escribir, pero por lo menos dejar la anécdota de la gran cantidad de incendios que ha tenido Bergen desde 1170 que fue el primero, cinco más ha tenido y uno de 1470 fue devastador y catastrófico para la ciudad. Después del último de 1955 iban a demoler todo e iniciar otro tipo de construcción más resistente al fuego, pero al encontrar todo que salió del movimiento de tierra se dieron cuenta que había mucha historia y que debían contarla y seguirla, así como había sido en los últimos siglos. Ahora es patrimonio para la humanidad por la Unesco.    

Como se puede ver en la foto de arriba están las capas de los últimos cinco siglos y lo que han encontrado en las excavaciones y se puede apreciar, tierra, piedras y restos de madera de las construcciones anteriores, pero lo más triste es que al lado derecho se ve lo que encontraran las próximas generaciones cuando tengan que hacer una excavación similar, plástico y más plástico. Terrible verdad y eso no va a cambiar. 

  Terminamos almorzado en uno de los restaurantes del mercado de pescado, me comí dos ostras de Noruega, spring rolls con salsa agridulce y 18 rollitos de sushi. Rico, pero nada del otro mundo.

Cenamos en otro restaurante japonés y comimos un Bowl de salmón que pedí la receta y la prepararé el próximo domingo que cenemos en familia. Delicioso y solo trataré de conseguir un condimento desconocido para mi. Mañana el viaje a Oslo. Arrivederci. 






 

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